jueves, 12 de marzo de 2009

La caída de la rebeca

¡Rancios de Sevilla, blonda y mantilla!
El año pasado ya estábamos pisando el umbral del Domingo de Ramos.
Este año nos conformamos con la contemplación de las sevillanas y las foráneas que van dejando la rebequita para que el sol hispalense dore la piel que es el imán donde convergen nuestras miradas.
¿Qué hace el rancio ante semejante panorama?

La caída de la rebequita

Un rancio adicto al blog nos sugiere un tema que está al caer. Con la llegada de la primavera caerán las rebequitas de las féminas y empezará a lucir la carne. Ya se adivinan escotes, ya se desperezan las caderas, ya vuelve a tostar el sol hispalense esa piel que huele como los costaleros de las cuadrillas flamencas, esto es, a canela y clavo.
Queridos rancios, ha llegado la hora del calentón. ¿Dónde posáis las miradas rijosas y libidinosas cuando llega esta época? ¿Qué os provoca una subida de la tensión por debajo de la cremallera del pantalón? ¿Cómo aliviáis ese peso?
La primavera ha venido y el rancio sabe para qué ha sido...