jueves, 12 de marzo de 2009

La caída de la rebeca

¡Rancios de Sevilla, blonda y mantilla!
El año pasado ya estábamos pisando el umbral del Domingo de Ramos.
Este año nos conformamos con la contemplación de las sevillanas y las foráneas que van dejando la rebequita para que el sol hispalense dore la piel que es el imán donde convergen nuestras miradas.
¿Qué hace el rancio ante semejante panorama?

La caída de la rebequita

Un rancio adicto al blog nos sugiere un tema que está al caer. Con la llegada de la primavera caerán las rebequitas de las féminas y empezará a lucir la carne. Ya se adivinan escotes, ya se desperezan las caderas, ya vuelve a tostar el sol hispalense esa piel que huele como los costaleros de las cuadrillas flamencas, esto es, a canela y clavo.
Queridos rancios, ha llegado la hora del calentón. ¿Dónde posáis las miradas rijosas y libidinosas cuando llega esta época? ¿Qué os provoca una subida de la tensión por debajo de la cremallera del pantalón? ¿Cómo aliviáis ese peso?
La primavera ha venido y el rancio sabe para qué ha sido...

martes, 30 de octubre de 2007

El último grito sevillano (unánime)

El Periódico de Catalunya, 27/10/2007


FÉLIX De Azúa
Sin la menor vacilación, cuando un marciano me pregunta cuál es la ciudad más hermosa de España para pasar unos días en la Tierra, le contesto: Sevilla, siempre. Está aguantando bastante bien la plaga del ladrillo choricero y también la del turismo masivo. Dejando de lado el aspecto monumental, ciudades como esa, con parques generosos, jardines que colorean cada escondrijo, cada plaza, o se fragmentan en el mosaico de los balcones, ciudades que se dejan pasear durante horas sin cansancio y con el corazón ligero, son cada vez más escasas. Por eso corre peligro: su hechizo la puede convertir en una Venecia del sur y sufrir la misma degradación que la soberbia aunque ya imposible capital del Adriático, de donde huye la población nativa.

A pesar de todo, aún no han podido con Sevilla. En esta semana, a las puertas de noviembre, las jacarandas lucían escandalosamente floridas y los jardines más frescos que en mayo. La masa turística no la daña en exceso si uno evita (con dolor) los Reales Alcázares, quizás el espacio guerrero más poético de la Península y el más codiciado por los operadores.

Es cierto, el turismo aún no la ha herido de muerte, pero los alcaldes la pueden hundir en cualquier momento. El actual ha puesto en marcha una línea de tranvías que transitan como tiburones por el barrio de la catedral y giran cerca del Ayuntamiento con un estruendo férreo que ha de hacer felices a los vecinos. Tiene un recorrido de 1.000 metros perfectamente inútil. Todos lo odian. Nadie lo quiere. A su paso por la Avenida de la Constitución, estos escualos ciegos y los hercúleos postes que aguantan su catenaria (¡color negro betún!) han destruido uno de los mejores y más amplios paseos sevillanos, el de la fachada del templo. Tarde o temprano caerá un peatón o un ciclista triturado por las mandíbulas de la fiera. Es inevitable.

Los extranjeros pueden ser peligrosos, pero nada hay más peligroso que los nacionales. Sobre todo cuando se les llena la boca de amor a la patria y sacrificio por el noble pueblo que les ha elegido. Son tóxicos.

jueves, 31 de mayo de 2007

Listado completo de adhesiones al Manifiesto por la conservación del patrimonio de Sevilla:

Joaquín Egea, profesor.
Ignacio Camacho, periodista.
Francisco José López de Paz, periodista.
Óscar Gómez, periodista.
Cristóbal Cervantes, periodista.
Fernando García Haldón, periodista.
José Antonio Rodríguez Benítez, periodista.
Pedro Ybarra Bores, periodista.
Antonio González Moreno, editor.
Alvaro Pastor Torres, historiador.
Manuel Jesús Roldán, historiador.
Francisco Pérez García, catedrático de la Universidad Hispalense.
Fernando Carrasco Moreno, periodista.
Consuelo Rodríguez Torné, abogada.
Joaquín Delgado Roig. Funcionario.
Germán Álvarez-Beigbeder, asesor fiscal.
Leonardo Olivares, administrativo.
Manuel Sánchez de Lamadrid.
José Rodríguez Pineda. Empresario.
Aquilino Duque, escritor.
José Antonio Pascual Sánchez, profesor asociado de la Universidad Pablo de Olavide.
Ricardo Suárez, pintor.
Alfonso Lazo. Historiador.
Santiago Arenado. Periodista.
José Manuel de la Linde. Periodista.
Rafael Jiménez Sampedro. Abogado.
Luis Rull Fernández. Físico.
Antonio García Barbeito. Periodista.
Ignacio Díaz Pérez. Periodista.
Alfredo Flores Pérez. Abogado.
José María Rondón. Periodista.
Miguel Andreu. Consultor de comunicación.
Carmen Cano Rodríguez. Periodista.
Paz Almeida Lorences. Abogado.
Enrique García López-Corchado. Abogado.
José Montiel Márquez. Fotógrafo.
Francisco Ciudad Martín. Gerente. Antonio Leal Álvarez. Abogado
Cristina Tutor Cadenas. Abogado
Inmaculada Rodríguez Torné. Investigadora.
Virginia Pérez Pino. Abogado.
Sonia Rojas Fernández. Controladora.
Nicolás Jesús Salas. Periodista.
Miriam Barón Franco. Relaciones Públicas.
Luis Martín Aguado. Empresario.
María José Andrade Alonso. Administrativo.
Juan José Magariño Rojas. Profesor.
Francisco Hospital Gómez. Industrial.
José Luis Sánchez-Trincado. Industrial.
Félix Sánchez Laulhé. Empresario.
Rosa García Perea. Editora.
Mari Carmen Montero Iruzubieta. Médico.
José María Tejero Mateo. Ingeniero.
Esperanza García Perea. Asesora Fiscal.
Emilio Suárez García. Médico.
Pedro García. Ingeniero.
María de los Ángeles Cano. Abogada.
María del Carmen García Perea. Abogada.
Julio del Junco. Ejecutivo.
Eusebio Pérez Fernández. Periodista.
Manuel García Fernández, profesor de Historia Medieval.
Manuel Postigo Muñoz. Graduado social.
Jesús Ramírez Castillero. Agente comercial.
José Luis Carrascosa. Periodista.
Irene Gallardo. Periodista.
Raquel Blanco Peña. Abogada.
Rocío Sáez Millán, Licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Sevilla
Mª Carmen Rodriguez Martin, Licenciada en Derecho y Doctor en Historia del Arte
Juan Jose Morillas Rodríguez
Antonio del Junco Vallejo, Fotógrafo

NOTA: Las personas interesadas pueden aherirse al Manifiesto a través del correo electrónico patrimoniodesevilla@hotmail.com

lunes, 28 de mayo de 2007

Manifiesto de periodistas. Ateneo de Sevilla, 24 de mayo de 2007


Los firmantes, periodistas y vecinos de Sevilla, ante el proceso electoral en marcha, momento en que se ponen de manifiesto las diferentes opciones en el diseño de la ciudad, quieren manifestar lo siguiente:

Sevilla es una ciudad internacionalmente valorada por sus peculiaridades patrimoniales. Un hecho que está formalmente reconocido por la UNESCO con la declaración como Patrimonio de la Humanidad del entorno de la Catedral y legalmente protegido por el Decreto-Ley de 1964, que declara el Casco Antiguo como Conjunto Histórico Artístico; una norma que persigue, y así lo ordena, la preservación del valioso patrimonio arquitectónico de la ciudad.

En dicha declaración se establece: “La defensa y protección que (el Conjunto Histórico) merece no limitará la expansión de la ciudad por otros ámbitos y lugares, conciliando así las necesidades complejas y crecientes de la población.... con la imposición estética o histórica que se traduce en permanencia y continuidad”.

Los llamados a hacer cumplir esta norma son el Ayuntamiento, la Comisión de Patrimonio de la Delegación Provincial de Cultura y la Junta de Andalucía.

Resulta obvio que en los últimos años, y de manera especial durante el mandato de la actual corporación, esta Normativa no se ha venido respetando con el celo debido, de lo cual se podría poner múltiples ejemplos. Como justificación a ello, se ha venido alegando un discutible concepto de “modernidad” (denunciado por el comité español del ICOMOS, un organismo de la UNESCO, según el cual Sevilla es “víctima de una incierta nostalgia de una pretendida modernidad”) que ha triunfado hasta entronizarse como pensamiento único en el Urbanismo y la Arquitectura sevillana, alterando grave, innecesaria y costosamente entornos de gran valor histórico y desvirtuando ideas en principio positivas, como la peatonalización, por la forma patrimonialmente agresiva e irrespetuosa de llevarlas a cabo..

Este discurso, en la mayoría de las ciudades históricas europeas, ni se plantea. La distinción entre zonas de expansión urbana y el Casco Histórico esta muy definida en cuanto a las actuaciones urbanísticas y arquitectónicas, diferenciando así creación de conservación.

El progreso, el desarrollo de una arquitectura moderna en los ensanches, en las zonas de expansión urbana, es compatible con la preservación del legado histórico que hemos recibido, que está protegido por el ordenamiento jurídico, y que, además, estamos moral y legalmente obligados a preservar y trasmitir a la siguiente generación.

De ahí que hagamos un llamamiento a los ciudadanos en general para que exijan al Ayuntamiento que salga de las urnas tras las próximas elecciones el cumplimiento de sus obligaciones Patrimoniales.


Fdo: Carlos Colón, Pablo Ferrand, José Félix Machuca, Francis Marmande, Javier Recio, Francisco Robles, Javier Rubio, Juan Miguel Vega,